Esta es una de las frases más recurrentes en la vida de todas las personas, y sobre todo en determinadas edades tempranas, porque parece que es entonces cuando se define lo que uno quiere hacer o a qué se va dedicar e la vida. La respuesta a esas preguntas suelen ser muy peculiares, y asi nos encontramos con respuestas como policía, bombero, astronauta, … sobre todo a muy tempranas edades donde los chiquillos toman sus modelos de películas que ven, actividades que hacen o cualquier cosa que les marca. Más adelante, ya en la adolescencia, surge de nuevo esta pregunta, ya más enfocada a la profesión a la que querrás dedicarte, y aquí empiezan a haber respuestas más coherentes con respecto a lo que se espera de las profesiones más comunes y demandadas. Pero, ¿qué es lo que queréis ser de mayores? De verdad, ¿qué os gustaría? Aunque fuera sólo por un día o unas horas. Las personas muchas veces no sabemos lo que queremos e incluso idealizamos lo que queremos ser, y muchas veces somos lo que otros quieren que seamos, es decir la proyección de lo que nuestros padres o familiares quieren que seamos, quizá porque ellos quisieron serlo. Pero, y si descubriéramos después de probar muchas profesiones, que lo que nos gusta, lo que nos atrae, lo que nos inquieta y mueve, lo que nos estimula, es algo totalmente distinto a lo que hacemos y a lo que nos hemos dedicado. Es posible que incluso nos hiciera ser otras personas distintas a quienes somos. Pero siempre vamos a lo seguro, a lo que tenemos como posible y renunciamos a nuestros sueños, a nuestros anhelos.
Si el universo conspirara para dejarnos hacer lo que quisiéramos sin repercusiones en nuestra vida, y nos dejara hacer aquello que quisimos hacer de forma soñada, a lo mejor descubriríamos que quizá aquello no era tan bonito ni tan maravilloso como lo habíamos imaginado. Hace poco leía el caso de múltiples futbolistas que dedicándose a su profesión, el fútbol, la consideraban como eso nada más, una profesión, y no sentían ni la más mínima emoción o entusiasmo fuera de su entorno de trabajo. Algo por lo que muchos chicos y chicas darían lo que fuera por poder dedicarse. Había futbolistas que estaban enamorados de otros deportes como el criquet, sí el criquet, o el beisbol, lease Michael Jordan, o el golf, o incluso nada de eso, ningún deporte, sino otras actividades como ser ingeniero de sistemas. Algunos de ellos eran tan famosos, que habían sido referentes absolutos en sus deportes. Así que, una vez más, formulemos la pregunta de nuevo, ¿qué quieres ser de mayor? ¡Ahhh!!, ¡que ya eres mayor!, pero ¿cómo de mayor, porque siempre se puede ser mayor de lo que eres? Esto en sí mismo entraña algo profundamente filosófico y humano, y es que los seres humanos siempre estamos en constante evolución y crecimiento, y nunca es tarde para ilusionarse, para hacer algo distinto o algo que siempre quisiste hacer, algo que probablemente te haga crecer en tu interior hasta cotas mayores … no sé, se me ocurren millones de cosas, pintar, escribir, componer música, aprender idiomas, aprender a cocinar, ser carpintero, o herrero.
Si nos hiciéramos esta pregunta cada cierto tiempo, probablemente descubriríamos que ya no somos la misma persona que creíamos, que hemos cambiado de gustos, de percepciones, de intenciones, de valores, de objetivos, y seguramente tendríamos una respuesta distinta a la que dimos antes. Yo cuando era pequeño, menos de 10 años, recuerdo aquella pregunta, y también recuerdo que no sabía contestarla. Nunca dije que quería ser policía, ni maestro, ni como mi padre o mi madre, sencillamente creo que no lo sabía. Sin embargo, cuando empecé el bachillerato, esa pregunta apareció de nuevo en el horizonte, y recuerdo como mi padre me preguntó que qué quería ser, y yo le respondí que quería ser ingeniero. ¡Qué curioso! Al final, es lo que realmente soy hoy en día, pero si me preguntaran hoy qué quiero ser de mayor, creo que ya no sé si querría ser ingeniero, y eso que me gusta mucho mi profesión, a lo mejor querría ser arqueólogo en los siglos XVIII y XIX.
Haceos esta pregunta. Sí ya lo sé, a veces hacerse esa pregunta lleva consigo ponerse en un compromiso personal con uno mismo y enfrentarse a lo que uno hace y quiere hacer, que puede que no coincidan, y así entrar en cierta crisis existencial sobre si realmente uno hace lo que le gusta. Claro que, ¿uno debe hacer siempre lo que le gusta? En mi modesta opinión creo que sí, pero siempre sabiendo que también tiene que hacer lo que tiene que hacer para sobrevivir, que no es más dedicarse a la profesión que haya elegido. Y si realmente se tienen inquietudes de cambio, hay que también saber medirlas y medir sus consecuencias vitales.
¿Ya lo habeis pensado? ¿Ya sabeis lo que quereis ser de mayores? ¿Seguís pensando que sois ya muy mayores? Ya entiendo. Bueno, quizás no seais tan mayores como creeis. A lo mejor habeis descubierto que os gustaría ser marineros, o granjeros, o actores/actrices, aunque fuera para obras particulares. Sin duda las inquietudes de ser lo que queramos ser son lo que marcan quienes somos y nuestra personalidad. A mi personalmente me fascinan las personalidades múltiples y polifacéticas, ese hombre renacentista, ese Leonardo da Vinci, que pintaba, que era ingeniero, artista, filósofo, pensador, inventor, alquimista, que lo era todo. La alquimia, ¡qué bonita palabra y cuanto entraña y entrañaba! Era todo cuanto quiso ser. Así que la respuesta a esa pregunta por mi parte, que cómo habreis adivinado y os habreis preguntado por qué no lo desvelaba, es que realmente no lo sé, no sé lo que quiero ser de mayor, sólo sé que quiero ser muchas cosas. Me gustaría ser un Cervantes, y un Mozart, y un Velázquez, y un Linus Torvalds, o un Leonardo, o un Arquímedes, o un Isaac Newton, ¿por qué no? Jajjaja, ya lo sé apunto alto, pero no se trata de eso, se trata de querer hacer lo que uno desee y le estimule y le motive. El resultado de lo que hagas dependerá mucho de tu motivación, e indudablemente de tu capacidad, por ello no todo el mundo será un Picasso, o un Einstein, pero vale la pena intentar ser lo que uno quiere ser. También se puede ser algo más prosaico y terrenal, pero soñar es algo que no cuesta nada, y seguir nuestros sueños es algo que nos produce intensa felicidad y satisfacción.
Pero quizá el problema de todo esto es el propio concepto de ser mayor. ¿Qué es ser mayor? ¿Cuando se es mayor? Cuando tienes 10 años, ser mayor es ser adolescente. Cuando tienes 15, ser mayor es ser mayor de edad. Cuando eres mayor de edad, ser mayor es tener familia, lo cual te situa en una edad de unos 30 años o más. Cuando tienes 30, ser mayor es que tus hijos se hagan mayores, que dejen de ser niños, ¿quizás cuando tengas cuarenta y tantos? Cuando tienes 40 y tantos a 50, ser mayor ¿es hacerse viejo? Pero ¿eso cuando es? ¿jubilarse? ¿dejar de trabajar? Así que, tenemos una amplia variedad de visiones de lo que es ser mayor y a qué edad, y cuanto de mayor. Pero si atendemos a todo ese proceso, nos damos cuenta de que el tiempo ha ido pasando entre medias y hemos ido desarrollándonos física, mental y culturalmente, hemos ido evolucionando hacia lo que queríamos ser, o bien hacia lo que podíamos ser. ¿Lo que queríamos o lo que podíamos? Mmmm, sí, normalmente es lo que podemos hacer, pero está claro que todos nosotros mismos influimos en lo que queremos ser y finalmente en lo que podemos ser. Así que, ser mayor es algo que deberíamos cambiar en nuestra pregunta. Creo que la pregunta que deberíamos hacer es: ¿qué, quien y cómo quieres ser? Y deberíamos plantearnos esta pregunta de forma contínua cada cierto tiempo, más que nada para chequear si vamos bien o mal encaminados a eso que queremos. Casi nunca hacemos esto porque realmente nos da miedo y nos asusta lo que seamos capaces de pensar sobre nuestra propia vida y las consecuencias de entrar en procesos altamente introspectivos.
A mi por ejemplo hay algo que siempre me mueve internamente, y que no soy capaz de controlar, y es mi extrema curiosidad por todo y mi extrema inquietud por descubrir cosas y conceptualizar todo aquello que me rodea. Pensar, pensar y pensar. A veces es muy cansado, pero cuando tu cerebro no para nunca, resulta que te encuentras siempre cuestionándolo todo: tu vida, tu trabajo, el mundo, el sistema solar, la galaxia, el universo, Dios … Muchas veces me hallo filosofando y entrando en dilemas existenciales a pesar de que la vida es mucho más prosaica y terrenal. Tendiendo contínuamente a conversaciones con debates en profundidad. Y ¿cómo se relaciona esto con el hecho de ser mayor? Pues tiene mucha relación, porque uno se encuentra siempre en una línea continua de cuestionamiento de su vida. Hay que saber convivir con ello, pero provoca situaciones de conflicto interno continuo entre expectativas y realidad. También siento que los demás no ven la realidad de la misma forma y tienden a huir de todos esos debates existenciales, que a mi personalmente me alimentan. Por alguna razón creo que vine a este mundo a aprender, y ese es mi mayor “leif motiv”, “modus vivendi”, y siempre digo que el día que deje de aprender seguro que estaré muerto o querré estarlo.
¿Ya habeis encontrado lo que quereis ser y quienes quereis ser? Pues seguro que habeis encontrado una gran paz interior y un gran tesoro. Aunque no olvideis que probablemente tengais que formularos esta pregunta muchas veces en la vida, y no importa la edad que tengais, y no os dé pereza hacerlo porque quizá necesiteis dar respuesta a ello. Si encontrais que seguís buscando vuestro dorado interno, eso es que la inquietud es intensa en vosotros aunque también la controversia, la confusión y el deseo de autoreconocimiento. Y también existe la posibilidad de que nunca lo encontreis, y sigais persiguiéndolo eternamente y sin descanso, como una luz a la quereis alcanzar pero que nunca lograis llegar, y seguramente el disfrute esté en el camino.