Oxímoron, vaya palabreja tan extraña para definir la inconsistencia, colisión o conflicto entre dos conceptos que se anteponen pero que sin embargo parecen formar parte de la misma idea expuesta en una frase. Y ¿por qué oxímoron? Bueno, esto tiene que ver con un recuerdo que tengo de esta palabra y su significado en una conversación pasada, que me hacía recordar como el mundo está lleno de contradicciones contínuas en sus conceptos y contenidos. Y diréis, ¿por qué oxímoron aquí? Pues es sencillo, por el propio título que encabeza estas líneas. Dos palabras: estupidez e inteligencia, que parecen estar en contradicción, pero que explicaremos el por qué.
La inteligencia artificial representa quizás una de las máximas expresiones del desarrollo humano en siglos. Un triunfo del desarrollo en progresión geométrica alcanzado por los hombres, que han logrado crear máquinas capaces de competir consigo mismo de una forma artificial. La artificialidad de la inteligencia no deja de ser una verdadera paradoja, pero en sí misma representa un reto colosal para la raza humana, pero quizás también la mayor amenaza a la que se haya enfrentado el propio ser humano.
Y la estupidez, pues parece que no requiere de mucha presentación, ya que básicamente es hartamente conocida en nuestro día a día a lo largo de nuestras vidas, y desde luego creo que conocemos todas sus formas de presentación y procedencia. Es un mundo en sí mismo bastante peculiar e inexplicable, como sólo podría corresponder al mismo concepto de estúpido. Pero, ¿por qué estupidez? Y ¿por qué la estupidez acompañando a la supuesta inteligencia, si bien artificial? Pues lo cierto es que quizás detrás de todo ese mundo de inteligencia artificial, adivino que se esconde un oscuro pozo de incultura, manipulación y turbios deseos de esclavización de la inteligencia y del ser humano. Que bajo esos cantos de sirena, de los magníficos beneficios que supone no pensar, que te lo den todo hecho y acortar tiempos en la realización de las cosas, subyace una terrible realidad y un tenebroso futuro, que quizás podría llevar al ser humano a la esclavitud y su desaparición, sino el caos y el ocaso de nuestra verdadera civilización inteligente.
Adentrémonos en ese aparentemente paraiso de lo artificialmente inteligente. Abramos una de esas maravillosas páginas que contienen esa preciosa magia que nos otorgan esos servicios. E interactuemos. A mi personalmente me gusta lo que veo, es más me parece asombroso lo que me devuelve cuando hago una consulta cualquiera, y es más, me parece alucinante que sepa contextualizar lo que más adelante le añado como consulta, para volverme a ofrecer una respuesta muy útil. Y ¿entonces? ¿por qué tanto miedo? ¿por qué la reticencia? Pues supongo que por varias cuestiones. La primera es saber de donde se extrae toda esa maravillosa masa informativa, y por supuesto empezar a pensar como se podría manipular a miles de personas con un servicio así. Si consideramos el momento actual, sabemos que estas supuestas inteligencias están bebiendo de información ya publicada tanto en libros como en artículos, etc en el mundo de internet. Pero ¿qué sería de ese ecosistema informativo cuando progresivamente la masa social empezara a utilizar de forma masiva toda esa información y a aportar cada vez menos a crear nuevos contenidos porque todo ya estuviera en la red, en el cerebro artificial más grande creado por el ser humano? ¿Podría alguien, léanse corporaciones, gobiernos y otras partes interesadas, comenzar a escribir un discurso único e intolerante que fuera el que alimentaran esas inteligencias artificiales? Y en ese contexto, ¿podrían las agencias de verificación (fact checks) comenzar a realizar un trabajo de censura contra todo aquel disidente que se saliera de ese discurso único e antisocial? ¿Estaríamos ante una nueva forma de dictadura, basada en axiomas ético-morales extraidos de élites sabedoras de que su inteligencia artificial y su gran cerebro son su fuente de poder? Pero sigamos … y ¿cual sería el futuro de la humanidad en términos de desarrollo inteligente? ¿Podrían las máquinas guiar nuestros destinos, nuestras decisiones, etc, argumentándose un mayor equilibrio y capacidad de decisión que un humano «convencional»? ¿Podría las máquinas decidir aspectos de nuestro propio desarrollo e incluso del suyo propio como máquinas por encima del criterio humano? Estas preguntas nos hacen temblar sólo de pensarlo. Nunca hemos dejado que dirigentes sean capaces de regir nuestros destinos contra nuestra voluntad, pero estaríamos relegando el desarrollo de nuestra sociedad en simples máquinas, aun con la complejidad que estas tuvieran. Y si avanzamos en el tiempo, y estas inteligencias ocuparan un puesto relevante en nuestra sociedad, ¿qué prioridades se tendrían en cuanto a la educación de los seres humanos? ¿Dejaríamos de desarrollarnos intelectualmente? ¿Relegaríamos nuestras decisiones en máquinas y nos convertiríamos en siervos de unos pocos al mando de las máquinas? ¿Y podrían dar las máquinas un golpe de efecto y decidir crear su propia línea inteligente, relegando al ser humano en un mero actor más de sus pretensiones? ¿Qué poder habríamos otorgado a esos seres binarios? Muuuchas preguntas … Sin querer, casi he empezado a pensar en Isaac Asimov y su serie mítica de Robots, y por supuesto, las geniales e inigualables leyes de la robótica que han pasado a la historia por su trascendencia.
Después de este tenebroso panorama futurístico y esta línea de pensamiento catastrófico, parece que entonces la estupidez empieza a cobrar sentido dentro de esa idea inteligente. Y yo no voy a ser quien tire la primera piedra, aunque ya la estoy tirando, pero sí quiero advertir de los efectos terriblemente perniciosos que tiene la utilización de tecnologías que sustituyen el pensamiento humano. Aunque puedo entender y entiendo lo maravilloso que resulta disponer de herramientas tan poderosas que nos faciliten la vida.
Y ¿qué podemos hacer ante lo inevitable? ¿Qué se puede hacer ante este reto tan poderoso como inexorable? Pues, en primer lugar debemos ser totalmente conscientes de sus riesgos, pero también se debe tener clara la predominancia del ser humano y su inteligencia sobre la de las máquinas, sino estas en un futuro nos dejaran fuera de la ecuación en un alarde de dominancia, y estaríamos sometidos a las máquinas en un mundo al estilo Matrix. También deben existir regulaciones suficientemente fuertes y poderosas que impidar darle la llave de la manipulación y del control a unos pocos, ya que estos utilizarían estas herramientas como instrumentos de poder a todos los niveles posibles, desde ético-morales como intelectuales, pasando por incluso la propia capacidad para ejecutar acciones.
¿Peligroso? Sí, mucho. ¿Un salto evolutivo en el ser humano? Podría ser. Estas inteligencias complementarias bien utilizadas, y complementando la inteligencia natural humana, podrían conferir al ser humano una capacidad inusitada para realizar proyectos de otro modo imposibles. Quizá la evolución del ser humano, si este no quiere colapsar, pasa por una evolución hacia un ser cósmico que terminará colonizando otros mundos aparte del nuestro propio, léase el Sistema Solar, y terminará distribuyendo su legado por las vastas lejanías del cosmos. Aunque a lo mejor eso es lo que ya somos en realidad sin saberlo … ¿!¿? … porque ¿y si el ser humano ya procede de otros mundos y vino como primo hermano de otros congéneres nuestros hace miles de años, hasta el punto de haber perdido el contacto con nuestros orígenes, en una colonización hibridada de seres que se adaptaron al planeta y a su medio ambiente? Bien, esa es una pregunta y una reflexión muy de ciencia ficción, pero que resulta enormemente atractiva. Al fin y al cabo, si miramos el universo, encontramos que somos una minúscula mota de tiempo y espacio, que representamos apenas nada, un infinitésimo que hubiesen dicho en cualquier clase de Cálculo Infinitesimal. Más bien parecemos una especie invasora infecciosa que impregna, del mismo modo que hace cualquier virus, todas las células que tiene a su alrededor.
Inteligencia, estupidez, inteligencia, estupidez, inteligencia, estupidez, …. la margarita no parece dejarme ver el fin, pero hay algo que no me gusta en el ambiente, a pesar de lo atractivo que contiene. Creo que seguiré deshojando la margarita mucho tiempo, hasta que pueda tener una mejor idea de cómo evolucionará este nuevo paradigma de la revolución industrial v3.0 . Me mantendré bien atento a nuestro devenir y al de los acontecimientos, sin pasar por alto las consecuencias incluso físicas que podría reportarnos como especie viva e inteligente, ya que parece que sobrevuela una nube de peligro sobre la propia integridad física del ser humano, y de cómo algunas facciones empiezan a tontear con la idea de la implantación de chips y otros dispositivos, que permitirían al ser humano alcanzar niveles distintos de percepción. ¿Superhumanos? ¿Inteligencia artificial integrada? Terrible debate y futuro. ¿Realidades al estilo orwelliano de «1984» o al estilo Huxley con «Mundo feliz»? ¿Seres humanos especializados? Uffff … parece algo aterrador y falto de naturalidad, pero ¿qué es lo natural? Lo natural, hoy en día, no es lo natural hace 2000 años.
Así que, yo sigo aquí … inteligencia, estupidez, inteligencia, estupidez, … veremos.