El pensamiento crítico

El pensamiento crítico … mmm interesante cuestión y la vez de una importancia crucial en el desarrollo de las sociedades y los individuos. Quizá es una de las cuestiones más importantes en las que se apoya una sociedad. Básicamente, se trata de permitir que todo individuo, incluso casi hasta diría a una sociedad entera, disfrute de un pensamiento o practique de un pensamiento que no esté contaminado por ideas verdaderamente dirigidas, atenazadas o coartadas. El pensamiento crítico permite que las sociedades y los individuos puedan pensar sobre los problemas de una forma independiente y autónoma, sin importar el dolor o el posible impacto que puedan causar sobre las instituciones, la sociedad u otros individuos.

Pensemos ahora en lo que sería una sociedad con una ausencia bastante importante o total de un pensamiento crítico. Una sociedad con un pensamiento crítico mermado es una sociedad que camina directa hacia la enfermedad, hacia la enfermedad institucional y social, hacia la autocracia, y lo hace de forma irremediable, porque es incapaz de sumirse en la autocrítica, de sumirse en la introspección, y comienza a imperar el pensamiento dirigido y la dominación intelectual de la sociedad y de los individuos por únicamente unos pocos que maquinan los designios de la mayoría. Cualquier individuo o cualquier sociedad que deja de practicar el pensamiento crítico, termina cayendo en verdaderos problemas estructurales, problemas que derivarán en sociedades dominadas por axiomas conservadores y que aplastarán todo pensamiento disidente, en muchas ocasiones apoyados por instituciones que en su afán de control social, abogarán por el control del pensamiento social y de lo políticamente correcto, derivando en auténticos problemas psicológicos y psicosociales de los individuos y sociedades, con sociedades enfermas, autocráticas y sumidas en las ideas exclusivas de unas élites controladoras.

La autocrítica conlleva dos conceptos, uno lo que es la crítica, o el ejercicio de someter a análisis lo que se observa o se hace, y otro el concepto de auto, que significa que nos la practicamos a nosotros mismos. La crítica es algo necesario en cualquier actividad que hagamos en la vida, y que necesite cierto análisis de la situación. Cualquier situación a la que nos enfrentemos requiere siempre una crítica, una crítica de la situación y al hecho de obtener datos de cómo están las cosas, de su punto de partida, del camino a seguir y de a dónde se quiere llegar. Y ahí es donde empieza la crítica, pero evidentemente una crítica también puede ser constructiva o puede ser destructiva. Lo ideal es siempre la realización de la crítica en una situación lo más objetiva posible, aunque si bien es cierto que la objetividad puede tener en algunos momentos cierta subjetividad aunque parezca contradictorio, ya que la objetividad en la medición de cualquier acontecimiento depende de muchos factores, como son el individuo que realiza el análisis, el escenario en el que se desarrolla la acción, etc. En muchas ocasiones se puede llegar a falsear un escenario de análisis sin más que bombardear con información contraria, aunque esta pueda ser falsa, lo que puede derivar en desvíos de la percepción temporales debido a la alteración del juicio de cualquier analista ante ese bombardeo informativo. Siempre se suele que una mentira contada 100 veces se convierte en una verdad, y eso es un argumento que muy habitualmente utiliza aquel que quiere influir en el pensamiento crítico de los individuos y de la sociedad, creando cortinas de humo informativas que durante un período de tiempo se tornan en reales ante la opinión de las personas al no poder someterlas a un juicio crítico. Esto evidentemente forma parte de las múltiples técnicas utilizadas habitualmente en la política para manipular a la población y su pensamiento. La mayor parte de las veces, y aunque el argumento sea inviable en circunstancias normales, se crean atmósferas de opinión dirigidas por los medios informativos, que alteran temporalmente las opiniones y juicios del público, y al final aquellos que quieren un pensamiento dirigido consiguen sus objetivos mientras el público en general se pregunta cómo es posible que haya ocurrido tal cosa, y cómo es posible que se haya aprobado una determinada ley o ejecutado determinada acción. Sencillamente, esto responde a esa forma de manipulación a la que se ve sometida la mayoría a través de esos métodos de bombardeo mediático ofreciendo una visión sesgada y mentirosa de la realidad y sus consecuencias. Y una vez conseguido el objetivo deseado, se relajan las políticas informativas masivas, ya que ya no importa el hecho de que lo que previamente se haya informado de una forma, ahora se informe de una forma contraria, muchas veces vistiendo ese cambio con ropajes de distintos puntos de vista o argumentos que surgen posteriormente.

En los tiempos que corren, y con un pensamiento crítico cada vez más limitado y amenazado por las agencias del control del pensamiento (léase fact checks), que nos quieren decir lo que está bien y lo qué está mal, como auténticos censores, como sociedad debemos reaccionar activamente a estos intentos de control mental e institucional de las formas de pensar de los individuos. Todas esas agencias en manos de unos pocos son peligrosas y atentan contra el libre pensamiento y generan una aberrante forma de pensamiento institucional y centralizado, que no sabemos ni siquiera en manos de quien descansa. La sociedad necesita de libre pensamiento, libre acción y valores democráticos para poder desarrollarse plena y libremente, o de lo contrario caeremos poco a poco en una espiral de manipulación, extorsión y violación de nuestros más fundamentales derechos de expresión.

Seamos críticosy, seamos dialogantes, seamos coherentes y democráticos y nuestros valores como sociedad perdurarán y con ello nuestra libertad de expresión y acción. De lo contrario, caeremos en manos de manipuladores, autócratas y sociópatas ávidos del control social e individual, al más puro estilo dictatorial. La libertad de expresión y el pensamiento crítico son dos valores que van de la mano en una sociedad de libre pensamiento, y mantenerlas es un derecho y una obligación para con nosotros mismos y para con las futuras generaciones.

Por ddreams

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